Para empezar, yo soy de las personas que creen en el poder del destino, y no hay otra.
Me va a pasar lo que me tenga que pasar, y listo!
Eso de luchar contra el destino es algo que necesitamos hacer como personas físicas y espirituales, pero nada va a cambiar lo que te espera. Podemos modificar detalles, que no influyen en nuestro curso de vida. Pero los grandes cambios no los podés evitar. Tienen que pasar y así pasan, te esfuerces o no en evitarlo.
Nunca forzamos las cosas, sólo intentamos forzarlas... y si se dan, es porque se tienen que dar y así tiene que ser.
Nos podemos romper el alma intentando conseguir algo, y no recibimos los frutos que intentamos sembrar; o podemos seguir viviendo y dejar fluir la vida, obteniendo igual resultado.
Nunca vas a poder vencer lo que se te tiene deparado.
Obviamente que tampoco es cuestión de cruzarse de brazos y esperar a que pase todo. Pero no hay que estresarse porque no conseguimos algo en lo que trabajamos muy duro... si no se dió pese a nuestro esfuerzo es porque eso no tenía que pasar.
Las cosas que se dan solas duran una eternidad.
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